miércoles, 5 de diciembre de 2012

UNA MUERTE VIVA


¿Mi propia muerte?

Eventos de una vida común y silvestre. Pasados a la forma de persona afectada y conmovida, me ponen sobre el tema de la muerte.
Si tuviera que prepararme para mi propia muerte, debiera comenzar por preguntarme ¿cómo llegar allí? Por empezar quiero llegar enfermo. Con una biología que vaya indicando el fin del ciclo de la carne, dando lugar a alojar, que este cuerpo, a lo mejor envejeció y es hora de dejarlo ir. No lo  podría afirmar, pero de poder preferir, preferiría que esta enfermedad no me deparara dolores innecesarios. Me propongo llegar con alguna dignidad, con lo cual, supongo que alojare la enfermedad y creceré con ella, pero sin entablar batallas innecesarias. Detesto las cosas fuera de programa y las sorpresas. Ahí reside que no quiero irme de aquí súbitamente, con la agenda cargada de cosas y con pendientes por hacer. Irse prolijamente, sin escándalo, serenamente. Para ello es menester que esté preparado. Preparar implica un plan y un evento bien planeado, requiere de previsiones. Así me dispondré a listar algunas cosas, lista ésta provisoria, que sin embargo me permitirá, ir dándole forma a ese momento.
 
Para empezar tendría que pensar en donde poner todo ello.  Supongo que, como corresponde, bastará un morral, que me proveerá el espacio que necesite. Ocasionalmente podría ser un bolso. Aunque le llamaré zurrón. No pienso que necesite más. Una valija sería inconveniente y pesada y la sola idea me genera como un “mucha cosa”.
Cómo me imagino?  Me imagino yaciendo en una cama. Plácidamente. Sin melancolía.
Aceptando lo que me ha pasado y lo que estaría pasando.
Sin arrepentimientos. Se habrá hecho lo que se ha podido.
Me imagino libre y a todos librados de estar por otra razón que el amor, en ese momento.
Me sentiría aliviado. La inmortalidad me resulta insoportable y las alternativas de mi vida, generosa y atractiva, también son agotadoras, con lo cual no estoy seguro de que sea sólo el cuerpo el que quiera descansar.
No creo que llegue huyendo. Pero quien sabe. Sin embargo he afrontado la responsabilidad en cada momento y no me ha pesado, sabiéndome allí al siguiente día, con lo cual, por que preocuparse, si ya no estaré.
Pretendo no ser una carga para nadie. Espero poder solventar mi propia existencia y mis últimos años. No me molesta la idea de ir a vivir, en el final, en un lugar donde, sólo sea una carga de trabajo para unos extraños y no para mis seres queridos. Espero no ocasionarles gastos. Ni disgustos, ni recargas, ni tortuosas responsabilidades. 
Debo reconocer que no me convence la idea de morir en mi casa, en mi cama, ni rodeado de mis seres queridos.
No pretendo morir en los brazos de nadie, ni que lo que fuera mi hogar, se transformara en un moridero, mucho menos si queda alguien después de mí.
No me gusta la forma nostálgica impregnada en las paredes, de los muertos resistidos.
Debo reconocer que no me importan las materialidades de mi identidad. No me convoca la idea de pensar en qué será de mis cosas cuando ya no esté. Esas cosas tienen de mí algunas particularidades y prefiero que se fueran conmigo. El “mi” que esta en ellas será de mi recuerdo, en cuyo caso, ya no tienen, ni revisten ningún valor para mi. Es decir que una vez que me hubiera ido a morir a donde corresponda, también me habré librado de ellas y de la responsabilidad de cuidarlas.
Por último y antes de listar mis necesidades, parece pertinente declarar que la muerte para mi, no tiene un dejo devorador, ni final. No me invita a fantasmas, ni deudas, ni pecados irredimidos. Respecto de lo que pasa luego con mi alma. Es una reserva que me voy a permitir. Tengo alguna idea, pero la misma será la apropiada dimensión de lo íntimo y como tal también se ira conmigo.
Pero,  si necesitara un recuerdo agradable, echaría mano  al último día de séptimo grado. Recuerdo que lloré hasta el agotamiento. Como siempre pasa, aprendí el afecto que le tenía a ese espacio de mi niñez, solo cuando lo dejaba.
Si me dijeran que llevara un libro, me llevaría “el amor en los tiempos del cólera” y la “ética nicomaquea”.
Si tuviera que llevar música, me llevaría Joaquín Sabina, pero además un disco de pasta de mi padre:  “Tangos de Agustín Magaldi”.
Si tuviera que llevar una foto, me llevaría alguna de las fotos en la arena, mis hijos, mi esposa y el mar suave detrás.
Si tuviera que elegir una postal, me llevaría el atardecer plácido, con el sol de oro, tapándose despacio, silencioso en el mar y un café cortado y sándwich de jamón y queso, que Nelly haría con amor, para nosotros, mientras los chicos y sus amigos nadan en la pileta, indiferentes de ese milagro.
Para los momentos de sobria tristeza, la ausencia de mi padre cuando me hice médico, o cuando nacieron mis hijos
Para cuando me asalte el miedo, las manos de mi abuela firmes como cadenas, tomándome en su regazo,  aventando lo despiadado de la muerte.
Para cuando se me pida fortaleza, mis hijos, que intenté todo el tiempo, que no se me notara lo frágil que me ponen.
Cuando se me requiera dignidad mis logros, mis faenas, mis tránsitos.
Si me hablaran de oscuro y pronósticos… El optimismo de los momentos de incertidumbre y la esperanza. No puedo evitarlo, el futuro se me presenta siempre mejor.
Para contarle cosas íntimas: Cristina, aunque esté ausente.
Para estar con otros el Oso y Perón. Ellos saben.
Si me hablaran de un lugar, la quinta, bajo el árbol, los incontables domingos de café y licores después del asado.
Unas palabras para los chicos… Los amo sean felices, lleguen más lejos, mejor,  para que todo cobre sentido.
Unas palabras para Ceci, sos la mejor persona que he conocido!!!! 
Para mis hermanos, cuídense. Los quiero.
Si tuviera que decir de mis trabajos les dejaría esta frase:  “por fin los entrego involuntariamente a alguien que seguro lo hará mejor”.

Pero a la vida le quiero decir gracias. Gracias por cada lágrima, por cada alegría, por cada sorpresa.
Gracias por permitirme advertir, sutilmente, que hay cosas que me pertenecen y están allí en el mundo.
Gracias por dejarme salir de mis miserias, de mis vanidades un poquito hacia afuera.
Gracias por privarme de cosas y gracias por todo lo que me sobró y me da pudor.
Gracias por sacarme la ceguera de la vista y devolverme el sentido de lo verdaderamente valioso, lo esencial.
Gracias por mi sino, por mi nombre y mi destino. Espero no haberte fallado, distraído en las torpezas de mis mezquindades.
Gracias por el tiempo y la época que me tocaron, y por el tiempo y las épocas que pasaron y no vi y las que vendrán después de mi.
Gracias por darme la oportunidad de un adiós, un descanso y nuevamente anonimato.
Gracias por quitarme los pesos del vivir y devolverme a lo ligero, lo vago.
Gracias por verme en ellos y no verme en otros.
Gracias por estas palabras que soy capaz de narrar,
aun cuando sé, que tengo que seguir viviendo.

martes, 20 de noviembre de 2012

Palabras


Hay palabras viejas. Hay palabras envejecidas. Hay palabras desteñidas, palabras impropias. Después están las otras, las modernas, las dichas a velocidad, las que esconden el imperio del sin tiempo.
Hubo un tiempo de palabras valiosas. Escritas para dar testimonios a otros.
Hay obras de arte completamente hechas de palabras y hay algunas obras penosamente célebres en la boca de ciertos personajes.
Hay palabras para todo y para cada cosa. Hay palabras para las ocasiones, de las ocasiones.
Hay palabras sagradas. Hay palabras para los paganos.
Hay palabras suaves, dichas en susurros. Hay palabras del amor, del sueño, y palabras de la tristeza y la melancolía.
Hay palabras que abren caminos y palabras que son muros. Espantosas las hay. Aquellas de lo oscuro, la muerte y la injusticia.
Hay palabras de Vida, de libertad, de ampliar, de multiplicar.
Hay palabras de repetir, de insistir, de copiar.
Hay palabras que valen mucho y otras que no valen nada.
Hay palabras escritas, dichas, pensadas, inmortalizadas.
Hay palabras golpeadas contra el piso y hechas trizas. Palabras que no salieron jamás de la boca, palabras hay también, que jamás conocieron papel ni oído.
Hay palabras para dormir, para despertar, para caminar, para correr.
Hay palabras comidas y otras carcomidas.
Hay palabras blandas, suaves, duras o rígidas. Hay palabras livianas. Hay palabras desnudas. Hay palabras ampulosas. Hay palabras bellas y otras feas y malolientes. Hay palabras contentas y enojadas. Hay palabras que sanan, otras que hieren. Hay palabras con puntas, agudas frías. Hay palabras secretas. Otras que esconden. Hay palabras mímicas, pose, mueca.
Hay sinceras, honestas, profundas. Hay palabras que flotan y otras que se hunden y nos hunden con ellas.
Hay palabras nosotros. Hay palabras mío; hay palabras nuestro. Hay palabras muchos, pocos, nadie.
Hay palabras amor, te quiero, vida. Hay palabras violencia, te odio, muerte.
Por fin están las palabras por venir.
Aquellas que no he nombrado y quieren decir, que aún espero.
Aquellas que devuelvan las palabras antiguas.
Que las pulan, les devuelvan el brillo.
Aquellas del porvenir, de lo noble, lo humano.
Las palabras del mundo, del todos, del bien.
Las palabras del amor de los amantes.
La palabra de la pasión, la inspiración, el cielo.
Palabras de fuego, de calor, de sueños anhelados.
Palabras de hombre justo, libre, sano.
Esas palabras forjadas en las almas, que una vez
iluminaron caminos.
Esas palabras, marcas a seguir en el devenir de la vida,
arcilladas de alma y olvidadas.
Esas palabras se encuentran hoy ausentes...

 

domingo, 4 de noviembre de 2012

¿Qué es lo humano?



Nos preguntamos ¿dónde esta lo humano del hombre….? Lo reclamamos sin saber, acaso porque intuimos,  que la pregunta incluye una inquietante angustia. Ponerlo en pregunta nos ubica sobre si está efectivamente en nosotros. Pero además con qué intensidad. Es atributo lo humano del hombre y está preguntado, por ser suave… en realidad puesto en duda.

¿Por qué? ¿Cómo se ha borroneado? Que elixir hemos estado ingiriendo, que de a poco, ha deslucido el brillo de nuestro rasgo de identidad más conspicuo: nuestra capacidad de humanidad.  Algo del orden de nuestra naturaleza. Me refiero como esencia y propiedad característica. Si es de nuestra naturaleza también entonces nuestra propensión e inclinación.

Nos metemos en el día a día de nuestras vidas. Nos vamos moldeando con lo social a lo que aportamos  y tomamos de ello. Somos solos, vacíos, grises. Reclamamos una y otra vez de los otros la falta de humanidad,  a un afuera que, en lo narrado, no nos incluye. Nos topamos con nuestros propios límites.  El límite que nos pone en la discordia de tener que seleccionar entre dos caminos: hacer el trabajo por lo humano y propio de nuestra responsabilidad, o aceptar el mundo como algo no existente, como si no fuera construido por todos y donde el cada uno de nosotros, formando parte en nuestro consentimiento,  arroja eso que, como resultado, nos genera displacer, pero sólo por momentos. No podemos reconocer por qué hay algo allí que no se comprende.  Hacen lo indecible y nosotros aportamos nuestra propia indiferencia para llegar a tener esa falta de sentido entre lo que vemos en el mundo y nuestra propia impronta en ese mundo.

El mundo habitado.  

¿Por qué soy hombre?  ¿Por qué soy humano?  Y ¿cuáles son las dimensiones de la humanidad en mí y en los otros, a los que veo inhumanos?

Se me hace pronto la idea que soy hombre por cuanto soy vivo, pero ello no me diferencia de los animales y otros seres vivos, tales como  plantas y otros seres. Es decir la vida y el movimiento lo son en común con los animales. Me diferencia de los animales que el instinto  en mi es un vestigio, un recuerdo que me pertenece, pero no convoco. Soy capas de razón, intelecto, de juicio moral y libre albedrío. Soy en el ser subjetivo, una cantidad de ideas de las que puedo dar cuenta y trasmitirlas a otro, incluso por generaciones.

Cuando pienso en la palabra hombre, me es imposible abstraerme a la pregunta: ¿de dónde vendrá esta palabra? La etimología nos va a arrojar al origen  latino de la palabra, y homo y humus son extremadamente cercanas. El hombre es el de la tierra. Pero no que “es tierra o viene de ella”, como  en la religión judeo-cristiana en el génesis. De hecho luego los romanos entierran a sus muertos, para ratificar que de la tierra venimos y allí terminamos, dando cuenta del ciclo de la vida; sino como “los de la tierra”, los que habitan la tierra, en comparación con los dioses que viven en los cielos.

Así, esto nos pone en que soy hombre por que soy distinto de Dios. Soy imperfecto, Mortal.
Una suerte de estar en el vértice exacto de la vida en términos de nuestras construcciones biológicas, pero debajo de un ente superior perfecto, infinito, inmortal. Eterno.

Decir por que soy humano se me hace más difícil. Necesito algunos elementos que me permitan discernir rasgos de identidad inequívoca.
Me enredo en cuestiones que paso a detallar, por puro repasar, de manera de poder encontrar una respuesta provisoria.
Soy humano porque tengo vida… No.  Hay otros seres que están vivos. De manera que es un principio que se aplica  a los dos conjuntos así que no puede ser distintivo.

Para Sócrates el rasgo de humano lo daba la virtud. Y la virtud era asumida como el saber actuar bien. Este ser racional, puede dar cuenta de su vida de manera racional, cuando la misma es escrutada sobre sí misma. El hombre se encuentra en permanente búsqueda de sí mismo.

Para Platón lo real y humano era el alma. Que era contenida en un cuerpo sensible. El camino del hombre era en definitiva, su compromiso en dejar el mundo de los apetitos y lo librado en el cuerpo. Cultivar su inteligencia y rescatar a su alma en busca del ascenso a la perfección. El mundo de lo inteligible.

Para Aristóteles la cuestión pasaba por una reunión de los dos elementos, pero sus conclusiones me confunden un poco más. Aunque debo reconocer que sus conclusiones sobre la vida virtuosa se me hacen un poco más satisfactorias que las que me ofrece Sócrates.

Aun así, no puedo terminar de comprender. Estas definiciones de personas ilustres que ni siquiera sé si comprendo cuando leo sus trabajos, me satisfacen, por cuanto en el mundo de las abstracciones no logro explicarme, ¿qué me hace humano?

¿Qué será en mi humano? Pienso… ah!!!  Mi capacidad de amar.

¿Qué es amar? Aquello que Fromm decía respecto de cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento? Luego intento ordenar mis ideas. Si no me amo a mi mismo es imposible amar a alguien más.  Pero puedo trabajar lo humano en mi, ¿pensando en mi? Es obvio que lo humano tiene que ver con otros. Unos otros legítimos. Completos. Como yo. Simétricos, iguales y capaces de las mismas alegrías, los mismos apetitos. Las mismas aspiraciones.

Sí, amarme a mi mismo, ya que nadie podría ofrecer algo que no tiene. Pero además que esté en disposición de amar a otros. Hay personas que se quieren y mucho, pero: ¿son incapaces de amar a otros? No. Sólo no se encuentran en disposición. El amor es una fuerza que encuentra en su función, amando a otros, su combustible humano.
Pasemos en limpio. Amar es humano, pero lo es en referencia a otro.

Le pertenece a lo humano la necesidad de justicia. Al hombre se le presenta de inmediato y de manera nítida el sentimiento de injusticia, cuando ella se hace presente.
Hay un rasgo de identidad indiscutible: la sensibilidad. Esa cualidad por la cual un ser humano puede interesarse verdaderamente, de manera nuclear por lo que le pasa a otro ser humano. En un compromiso profundo de su ser con ese otro que está padeciendo o sonriendo y puede compartirlo. Esa posibilidad de ser conmovido es en sí misma humana.

Es humana la libertad. La propia y la ajena. Siento en el hombre una vocación de ser libre y ofrecer libertad a otros. Como una convicción muda. Inmanente. Libertad en términos de voluntad y acción.

También pienso en la incapacidad del asombro. Luego reflexiono sobre la capacidad de maravillarse. Esta posibilidad de asombro, tan peculiar en los niños. Se presenta sin ropajes y es tan bella. Es en esa ingenuidad que aparece lo humano como capaz de captar lo maravilloso del universo. Lo que nos hace tan pequeños frente al mundo y tan grandes ante otros.
La ética le pertenece a lo humano del hombre, probablemente de manera contundente. Me refiero a la oportunidad de tamizar sus acciones, respecto de unos juicios, que le permiten accionar en el mundo real de una manera y no de otra. Y en esa manera de acción, intentar ubicar un equilibrio, un actuar virtuoso. Pero siempre ordenados por el bien, que en palabras de Aristóteles es el fin al que todo tiende.

Merece particular atención la esperanza. Ese estado en nuestro ser en el que se nos presenta como posible, aquello que esperamos. La esperanza es la expectación del bien. Es un estado de  espera en lo que está por venir puede ser lo bueno, lo mejor.
Es diferente del optimismo, que podríamos enunciar como la disposición de nuestro espíritu para captar lo más favorable de las situaciones.

También es humano el arte en sus distintas manifestaciones. Arte como expresión de lo humano, de lo perteneciente a lo perfecto, hecho manifestación en el hombre.
Y por último, pero provisoriamente, considero propio de lo humano su noción de muerte, de finitud, de potencia parcial. Reconozco en lo humano la capacidad de sobreponerse a esa idea. Y aun así, sabiéndose mortal, cuidar a sus hijos, realizar reflexiones, construir su vivienda, su vestido, procurar un bienestar, ser capaz de amar, de cantar, sólo o acompañado y reír y escribir un poema y ver más allá de esa condenada vida actual, un futuro esperanzador al que se va con optimismo, para por fin, arribar a una muerte y dejar detrás de sí, rasgos de sí mismo a través de su descendencia y de las cosas pequeñas o grandes que habrá hecho, con una noción abstracta radicada en un sistema de valores, que van trascendiendo de generación en generación, los que terminan siendo principios, siendo estos rectores de conjuntos, universos más allá de la vida de ese humano.

 La actualidad y el hombre. La humanidad de lo actual

¿Esta es una época humana?

Imagino que si tomáramos a personas y les preguntáramos, con más o menos tiempo y de manera más distante o más aproximada, dirán que estos enunciados anteriores son humanos, incluso me imagino que listarán algunos mas, que pude omitir, incluso clasificaran por prioridades según sus propias creencias algunos de estos y otros.
Sin embargo si está claro que la actualidad y la humanidad no son parecidas en nada. El mundo actual demuestra como, lo que más luce, no es precisamente lo mas humano del hombre y la brecha profunda que se produce entre la humanidad y la actualidad.

Así vamos por el mundo intentando comprender nuestra desazón al ver cuan poco de nosotros esencia, va en el mundo. Somos una presencia fantasma. Tratando de soportar la invitación permanente a no recordar nuestra identidad. Empujados en marquesinas y bisutería a incorporar una identidad vacía. Muerta. Como los objetos que nos ofrecen.

Con el tiempo vamos perdiendo incluso el nombre de esa sensación gris, diagonal, sofocante y vacía; instalada en nosotros desde afuera, esforzándose desde dentro, que hubo un tiempo atrás, nombrábamos melancolía.


Copyright  Peregrino Selser

martes, 30 de octubre de 2012

¿Sómos Privilegiados?


Privilegiados… ¿Somos?

Me cuesta tomar posición sobre lo que nos ha ofrecido el desarrollo. Me refiero a los tiempos actuales.

Es sorprendente ver los cambios que se han producido en el ancho mundo de nuestro tiempo. Podríamos comenzar por establecer una diferencia entre la época pre ochenta y post noventa. Nos apoyaremos en estos puntos por el impacto que reconocemos sobre el fenómeno de las comunicaciones que aportan el desarrollo de la telefonía móvil y la expansión de internet. Ambas muestran esbozos en los años ochenta y se expanden a partir del noventa.

Me cuesta encontrar algunas dimensiones sobre las que podamos reflexionar. Al respecto pienso y es obvio que estos dos desarrollos nos han ensanchado el mundo. El mapa ahora  acorta su distancia con el territorio porque el acceso a internet a generado una verdadera incisura en el acceso a los conocimientos de las más atesoradas piedras filosofales, por cuanto una de las formas de reservar secretos, de aprisionar conocimientos, fue la distancia geográfica, la barrera cultural, los recónditos desarrollos, los accesos privilegiados. Es obvio que internet representa la caída del muro que se erigió durante siglos a los misterios del desarrollo de los conocimientos. Antes reservados para pocos. Antes reservados para algunos lugares. Antes publicados en papeles de circulación restringida.  El tiempo de los intercambios se ha acelerado. Nos encontramos ahora en una verdadera montaña rusa global. La información circula de manera homogénea a todo el planeta casi de forma instantánea. En los sistemas más desarrollados del mundo el correo tenía su propia cadencia y conseguir a alguien en un teléfono era cuestión de medios y disponibilidad de personas. Lo que limitaba en definitiva ambas variables. Hoy estamos literalmente posibilitados con hablar con quien quisiéramos a la hora que fuera en cualquier lugar del planeta. Me pregunto que será del correo formal, aquel de la gráfica manual que comenzaba con una salutación estándar, y un montón de decires trasmitiendo en el escrito, mucho más que el mensaje. La correspondencia epistolar nos ponía frente a un conjunto de nociones devenidas de la misma gráfica, la caligrafía, la prosa, la semántica. Hoy todo eso parece imposible y el mundo circula  a una velocidad tal, que hasta aparecen mensajes al pie de los e-mails recomendando no imprimir, en un esfuerzo ecológico, aquello que no fuera necesario. Nos hemos transformado en virtuales. Hemos pasado a la era digital.

Así la humanidad se encuentra hoy en el vértigo de lo exprés. Lo breve, lo veloz. Y en ese ritmo desenfrenado todo se desarrolla a la par. Los trabajos ya no son trabajos, las cartas ya no son cartas, los llamados ya no son llamados.

La tecnología, el conocimiento aplicado, ha ido montada en este maremágnum de velocidades multiplicadas por la disposición de información. Y aparecen carreras tecnológicas enfermantes. No hay nada en el escaparate de las ofertas, del modelo de consumo actual, que no sea viejo. Todo está en un  punto medio donde es lo mejor disponible aunque se está fabricando algo que dejará obsoleto cualquier avance logrado. Una locura.

No puedo tomar posición. Me cuesta. No estoy seguro. Agradeceremos los logros en comunicación? Enfermaremos de hiperconectividad? Estamos multiconectados y cada vez más lejos. Más distantes. Más mediatizados. Tomando distancia de lo que, de nosotros no dicho, iba en las cartas, en las elegantes grafías. En las lágrimas y sollozos de los amantes. Escribimos en base Arial 12, A4, justificado, autocorregido. Homogéneo estático impersonal. Se han  desarrollado tecnología y por satélite perseguimos las ballenas, en la desproporcionada cacería ahora hay en los furtivos elementos más eficientes. No podemos parar el calentamiento global. Provocamos la lluvia con cohetes y ahora los utilizamos para desencadenar sequía en los países vecinos sin hostilizar nada. Simplemente lanzándolos sobre nuestros territorios. Transformando en lluvia anticipada las esperanzadoras nubes.

No estoy seguro. Desarrollamos medicamentos eficientes. Mejores, más caros. Tenemos tecnología más precisa para poder diagnosticar antes y mejor a los pacientes. Pero en África subsahariana es lamentable ver como el sida infecta a más del 30% de la población, mientras unos señores debaten si se deben o no dar de manera gratuita los medicamentos para tratar la enfermedad.

Cómo estar seguros? La concentración genera una gran asimetría. El 80% de las riquezas en el 20% de las personas. O el ochenta por ciento de los habitantes del planeta excluido del sistema de la economía global. Marginados.

La modernidad nos trae avances, nos promete mejores estándares de vida. Pero para qué? Para quienes?.

Yo le quiero dar gracias a la tecnología y la ciencia que le permite al mundo algunas mejorías y me deben una respuesta sobre basurales, contaminación, marginación, pobreza.

Yo no quiero basureros por el mundo. Ni marginar lo malo. No que lo feo que se haga en los países periféricos. A mi no me gusta y me lo debe la modernidad una explicación sobre los efectos cancerígenos de las cosas que mejoran los rendimientos de las verduras y las carnes.

No estoy seguro… el gps me ayuda? A desvastar los mares? A cazar animales… No llegamos. No podemos esperar a pintar de rojo las pieles para aprender a defender la fauna. Y que los graciosos iconos de la moda dejen de usarlas.

No estoy seguro… hay información instantánea y no hace tanto hubo dictadores y unos señores mirando para otro lado haciéndose los distraídos.

El entretenimiento es una factoría de productos parecidos, industrializados. Se nos va la vida intentando comprender nuestra soledad, nuestra tristeza, nuestro vacío. Nos ofrecen llenarlo con productos chatarra. Nos llevan de vacaciones a los mismos lugares. Repiten semana a semana, contingente a contingente la misma rutina.

No estoy seguro. Me parece que no. Que no quiero un agua cristalina, contaminada río arriba, por unos señores, que nos contaminan las napas y ni siquiera viven aquí.

Unos chicos cartonean en mi barrio. Me miran y los miro. Y nos conectamos en las miradas. En las injusticias acalladas. Ellos descalzos. Yo sin frío. Me aterra saber que no pudieron elegir. Que formamos parte del mundo que los pone desvestidos, desposeídos. Soy un anestesiado más.

Luego pienso… que le debo a la modernidad? No estoy seguro se me hace que poco.

Que me debe la modernidad?
Un hombre nuevo.
Un hombre más humano, más justo.
Un hombre digno. Digno de Humanidad.

jueves, 18 de octubre de 2012

La verdad y la mentira


Entonces allí. Caminando ingenua, descargada de lastre. Con un paso sereno,  pausado, va la verdad. No se embadurna. Ni tiene bisuterías baratas. Tampoco se envanece de joyas.  De perfumes… de aromas que no le son propios.
Se hace paso con tranquilidad. No reclama ni linaje ni privilegio. No levanta la voz. No quiere prioridad, ni camino alternativo. Sabe esperar. Como si no tuviera otro sentido que el suyo. Va yendo a una orientación y la mantiene. Es entre tantas diferente. Y es casi tan parecida a otras. Y otras que pretenden imitarla. Sojuzgarla, aplanarla. Y ella divertida se presta al juego, sin oponer la menor resistencia. Sabe que son puras intenciones. Es única. Es irremplazable. Insustituible. Y es en esa convicción a la que por nada renuncia, que se deja tranquila empujar, postergar, aprisionar en lugares oscurecidos a propósito. En espacios reducidos. Ella es discretamente altiva. Comprende mejor que nadie la intensión absurda de borrarla, de extinguirla. No lo lamenta. Ni siquiera pregunta. Una y otra vez es desafiada. Una y otra vez es llamada a juicio, a escrutinio una y otra vez es sometida al imperio de la impostura y la quieren despojar de sus humildes vestidos. Con imprecaciones y reproches es reclamada y nombrada vana, pueril, camuflada. La llenan de palaras. Puro palabrerío. La meten en oraciones, en grandes discursos. En frases vacías y la dejan olvidada y confusa; perdida en esa hojarasca, condenada a perderse. Despierta enconados sentimientos en las otras. Es resentida y su presencia tensa necesariamente sus rededores. Incomoda su silencio, su paz. Su profundidad es siniestra, pero sólo para las otras, para las que no pueden salir de lo plano, de lo confuso.
Admite el espacio. Comprende el tiempo y no la apura. No tiene estación. Florece con más o menos calor. Brilla en las más tremendas tormentas y no quiere sangre en su nombre. No guarda rencores, ni reclama venganza. Es digna de sí, de otros. Sus heridas, sus estigmas, sus malos momentos, los va llevando mientras sigue su camino y no maldice ni su suerte ni su paso. Su condición le basta. No pretende más de lo que le toca. Ni se queja de lo que le dan. Es adusta y rechaza lo “de más”. Concurre a las celebraciones con su traza y le conforma. No le gustan las demasiadas luces, los caminos alfombrados. Desconfía de los grandes discursos. Se retira discreta como llega y deja olvidados en los sitios todo cuanto le ponen encima. Las flores le gustan en la tierra, en sus plantas. Las llama muertas cuando han sido cortadas y celebra el amanecer y las estrellas con igual alegría. Siempre comprende a las otras. Para ellas no tiene reproches. La acusan de básica, de falta de abstracciones complejas. Le narran mundos complejos que comprende, pero no la conmueven y entonces los acepta, pero poco tiene para decir.
Junto con ella y en mayor número, circulan las mentiras. Son tantas. Están tan bien vestidas. Sus coloridas y atinadas prendas. Sus afeites delicados. Sus perfumes. Llevan pequeñas bolsas llenas de objetos. Es increíble cuantos. Sorprenden. Parecen tan pequeñas sus bolsas y sin embargo encierran tanto. Y hablan según necesiten, entonces se las escuchan pausadas y tranquilas y hay veces aceleradas y empujando una palabra a la otra. Apilándose en frases. Impresiona verlas tan exultantes. El silencio las conturba. Ellas poseen  brillo impropio. Son intencionadamente iluminadas. Les molesta el sol y la noche y temen a una oscuridad que no provoquen por sí mismas. Son pretenciosas. Arrogantes. Seducen todo el tiempo. Seducen con palabras, con gestos, con perfumes, con promesas.   Son ricas, lo poseen todo. Se abren paso con prepotencia, son descuidadas de las formas y reclaman todo el tiempo su espacio y una vez que lo logran lo cuidan con uñas y dientes.  No ahorran en nada. Se hacen notar y quieren concentrar la atención. Siempre tienen para decir. Siempre tienen algo que ofrecer y son capaces de los más complejos recorridos.
Nunca tienen tiempo. Les molesta la quietud. Le hace problema y mucho detenerse. Viven en un aquí y ahora que prolongan hacia atrás en el tiempo y lo pretenden en el futuro.  Les gusta la jardinería pero no tienen suerte. Siembran flores y cosechan malezas. Y una y otra vez. Y no hay tierra ni estación de la recojan perfumes y flores. Tratándose de árboles hay que ver como fracasan y robles y tilos se transforman en espesos y espinosos arbustos secos. Hediondos. No se atreven a estar solas. Siempre las acompaña una numerosa fanfarria y un enorme séquito de alcahuetes y aplaudidores. Se ufanan de conocerlo todo y tienen interesantes cuentos a lo largo de toda la historia. Se sienten siempre protagonistas y sus parientes han participado de las más importantes gestas. Es increíble. Poseen una energía inagotable. No se sabe si no pueden o no quieren  dormir, descansar. Siempre están como intranquilas. Tensas. Pero cuando se les pregunta, rehúyen la conversación, se apartan. No se entiende, incluso hasta derraman grandes lágrimas y lloran y ríen por igual, sin motivo.
Entonces estamos nosotros que caminamos entre ellas. Es tan trabajoso encontrar la verdad entre tantas mentiras. Es tan grande el compromiso que hay que estar dispuesto a soportar para poder ver la verdad. Para ayudarse de ella y ayudarla. Tiene tan poco para ofrecer. Es tan desinteresada en seducir, en acompañar y brillar. Ella prefiere sencillamente acompañar y conversar de manera pausada, hacia un amanecer y un crepúsculo. Detenerse en la magia de la savia, el sol y el agua, que cae mansamente sobre los campos. Y va como la  propia naturaleza orgullosa de no necesitar nada; absolutamente nada… para ser bella. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El voto de los jóvenes. ¿Democracia moderna o Voto calificado?


Y entonces estamos otra vez en el debate. Los jóvenes tienen que votar a a parir de los 16 años?
Lo primero que no viene a la cabeza, es que siendo jóvenes e inexpertos, parece en primera instancia que no.

Es en el año 1949, que Evita comienza una cruzada para lograr el voto femenino.

No hace tanto. Lo logra y es a partir de 1951 que las mujeres comienzan a tener la oportunidad de formar parte de las acciones más importantes de la democracia, después de la separación de poderes.
Los tiempos han cambiado.

Ahora ser joven, implica un estado de madurez distinta.  La verdad, a mi me suena que la edad no puede ser un obstáculo, para ejercer con moderación la participación democrática de los más jóvenes.
Según a última reforma referida  a la mayoría de edad de los jóvenes, los mismos alcanzan la  mayoría de edad a los dieciocho. Por qué entonces no pueden ejercer el sufragio a los 16 años. Con la incorporación de la plenitud de derechos, como es posible que no puedan participar activamente en las elecciones. Dentro nuestro se presentan mociones de dejar quieto el statu quo actual. Estos detenimientos respecto de que las cosas no cambien, se dan de patadas, con una madurez alcanzadas por ciertos jóvenes a los que les interesa la vida política y vienen participando activamente en una suerte de apertura política cercenada desde los establecimientos más conservadores.

Se los valora como jóvenes imberbes, incapaces de comprometerse con la actividad política y se les adjudica un título de idiotas. Sin embargo esos jóvenes nos enseñan a todos el compromiso, la potencia y la capacidad de generar cambios, con una participación activa de sangre potente y esperanzada.
No pasa por la objeción, ni por las prácticas conservadoras que enarbolando razones de índole madurativas se oponen al pleno ejercicio y participación de los jóvenes, cuando los mismos muestran un compromiso con la política diferente en todo sentido al sentido conocido.
Son atrevidos. Rechazan las dictaduras de unos adultos que quieren hacer de ellos unos tontos que no saben lo que hacen, pero manifiestan propósitos políticos.

Estos son así ya que forman partes de ong que no fueron sustraídas por la política he imprimen una nueva modalidad de interpretar la realidad y la prepotencia de querer que todo cambie.
Asisten estos jóvenes de manera diferente a lo que estábamos acostumbrados y nos enseñan como lo posible, es más alentador que lo imposible, dado por un estatu quo al servicio de unos planes conservadores.

Me pregunto a que se enfrento evita cuando puso sobre el tapete el voto femenino.
Me cuesta creer que no sea del mismo tipo.
No. No creo en la edad. Tiene un razonamiento joven, que a lo mejor ayuda a no entrar en el discurso de adultos, al momento de plantear los cambios que sin su energía serían imposibles.
Como siempre las sociedades reaccionan, tratando de borrar, de suprimir lo que ellos con su joven desfachatez nos hacen posible, con la sola voluntad de un corazón no contaminado.
Es fácil, la edad no es argumento y la cuestión cronológica no puede se tenida como parámetro.
Ellos forman parte de ong que curiosamente intentan pequeños, logros que en manos de políticos profesionales son complejos. Quieren participar, involucrarse, pelear por unas ideas y participar activamente.
Esto sólo puede molestar a unos pocos: los que queremos que nada cambie. No sea cosa que nos jóvenes impertinentes, formen ahora parte del debate.
Una pena.
Una verdadera pena.
Los jóvenes cuestionan con una lucidez implacable. Tienen una ingenuidad que se da de patadas con la rosca de la política y son desfachatados he irrespetuosos de todo cuando se ha planteado como la carrera política lógica.
El desafío de la democracia es incorporarlos. No tenerlos a raya.
Para lo cual, hay que aceptar que ideas tienen y que en todo caso seguramente estén dispuestos a discutir. Estas discusiones irritan a los adultos, más acostumbrados a darles órdenes, a disciplinarlos. A hacerlos formar parte de un todo conflictivo propio de la adolescencia.
Han irritado tanto el avispero, que resulta obvio que tienen razón. Una cosa más. Si el temor es que sean abducidos por fuerzas maléficas que quieren lucrar de ellos, sería bueno, que todos los que participan en política los alojen. y no que los traten como idiotas
En todo caso, que pudieran votar, es legitimarlos como participes activos de la democracia.
Sus planteos sencillos son una agresión a las perplejidades de los señores mayores de la política, que deben realizar enormes esfuerzos para obtener un lugar.
Sangre joven. Sangre fresca, sangre renovada. ¿En qué puede hacerle mal a la política?

miércoles, 1 de agosto de 2012

Reflexiones alumnos, expectativas.

Pertenezco a la universidad Austral que tiene una relación con una orden religiosa, lo que no significa que se use la doctrina para bajar conocimiento. Segundo, no vayan a pensar que lo que yo digo entre sonrisas no es serio, simplemente busquen un libro y van a ver que todo lo que estoy diciendo esta en los libros. Lo que si no acepto es que para ser consistente para ser un conocimiento tenga que ser dicho de manera dramática; es inaguantable para mí.
Por otro lado, personas adultas que viven la vida todos los días, que cometen un millón de transacciones, que educan a sus hijos, que manejan a sus pares, subalternos o sus jefes, decirles cómo se vive no se me ocurriría. Sin embargo, las distinciones las ofrezco con absoluta humildad para que nos miremos un poco porque sino los temas son complicados, ¿se entiende?
Una persona se sienta aquí y dice cosas, y decís espera, desde qué lugar las está diciendo. Por fin el hecho de tener algunos conocimientos y algunos saberes, no me convierte en ninguna autoridad, ni me hace propietario de ninguna verdad. ¿Qué creo yo de estos ámbitos? Que son ámbitos de reflexión. Que si uno no reflexiona aquí dentro, no se equivoca aquí dentro, ¿dónde? Porque ahí afuera, cuando nos vayamos de aquí, hay algunas consecuencias que son terribles, entonces la verdad es que a mí no me molestan ni mis errores ni los de ustedes.

Respecto de una clase

Me gusta que los alumnos investiguen, exploren, pregunten. Los profesores debemos hacernos cargo de la situación, es nuestra responsabilidad. Uno ve a veces capacitadores que tienen muchas personas sentadas al frente y uno dice, no te das cuenta que los estas matando, se un poco compasivo, muchas horas y mucho esfuerzo porque es mucha información… entonces llegan de la nada, tienen que pasar del 0 al 100 rápidamente, hacerlo en muy poco tiempo y en un bombardeo, por eso yo hago chistes, intento relajarme, ofrecerles que la pasen bien, porque no tengo ninguna duda que lo que viene de esa manera, lo que tengo para ofrecerles, lo puedan tomar. A esta altura del partido tengo criterios de admisión para admitir, el docente no me gusta, me levanto de la clase, puedo decidir a quién escucho a quien no, aplico derecho de admisión.

martes, 3 de julio de 2012

Inseguridad, marginación, pobreza (III)

Reconstruir la malla social de nuestro país, es un trabajo enorme, de unas diez generaciones, probablemente no lo lleguemos a ver ni siquiera nosotros.

En la coyuntura nada es para el mañana. Todo es para ahora, para el “acto” para la campaña, por este año, por estos cuatro años… después no estaré aquí.

Mientras tanto miles de argentinos se levantan todos los días y apelando a una dimensión humana permanente, van trabajando, contra todo. Tratando de encontrar sentido y apostando.

Cuando nos presentan a los jóvenes, cuando se recortan las entrevistas y se recoge el testimonio, de un niño, con un pañuelo en la cara, con visera diciendo que roba para darle a la familia y que cuando lo hace, es necesario hacer lo que haya que hacer, porque “son ellos” o “nosotros”, es como si nadie pudiera decirle: no te lo creas. No es verdad. Aun así… pienso, no lo creería. Porque nadie le creería a un “ellos”. Hemos armado enormes murallas alrededor de un “nosotros”, que nos impide ver que siempre fuimos lo mismo: un “todos”. “Ellos” allí, nos ofenden a “nosotros” aquí. Y lo hacen por existir, porque perturban nuestra anestesia, conmoviéndonos con lo que tienen a la mano. Lamentablemente, hay veces, una bala.

"Podemos tolerar que sean pobres, sucios, mendigos. Podemos aceptar que anden por nuestras calles, que revuelvan nuestra basura. Que nos ensucien el barrio. Que el gobierno les de plata y planes y escuelas y notebooks. Estamos dispuestos a tolerar cualquier cosa… Eso sí, como buenos y sencillos pobres, no estamos dispuestos a que se pongan violentos. Después de todo, ¿por qué tanta consideración?..." no dicen las personas, aunque sus mensajes se lean entre líneas.

Nos hemos puesto ciegos, sordos, mudos. Arquitectos e ingenieros de asimetrías. Guardianes de un país bueno para pocos. Eso si… no nos inviten a que también y además pensemos seriamente lo que esas palabras amarillentas, borroneadas, mudas traen a nosotros: marginalidad, exclusión, pobreza. Esas palabras son demasiado demoledoras y no se las puede tolerar. Requieren demasiado esfuerzo, demasiado compromiso, demasiada verdad. Es preferible mirar la tele. La competencia por el prime time, seguro es más divertida, más fácil, más llevadera, más linda.

Inseguridad, marginación, pobreza (II)

Pero resulta que cuando los funcionarios proponen entrevistas serias, para dar cuenta de lo que representa la transformación de núcleos de exclusión, donde se implica que la urbanización, la luz, los servicios, la educación presente dentro de las zonas de mayor pobreza, tienen que ser una inversión de largo plazo. Cuando durante treinta años se han desmembrado los objetos sociales que funcionaban como malla. Cuando nuestro país prometía a través de una educación, la oportunidad de mejorar. Cuando el trabajo era el medio perfecto para lograr de a poco avanzar y la Argentina crecía, porque la gente podía sacar un crédito, ahorrar, proyectar. Cuando a través de la educación pública se podía incluso cambiar de clase. Y si… otro país.

Entonces… la entrevista se hace aburrida. Nadie quiere hablar de la pobreza, nadie quiere hablar de ella comprometidamente, respetuosamente. Nadie quiere que se le pida el esfuerzo de pasar por allí, que no sea, proponiendo una colecta destinada a lograr un poco de agua, con una bomba, de manera de acallar las propias miserias, las propias angustias, las propias responsabilidades. Saldar de manera inmediata nuestra deuda, después de todo, queremos saber… pero no tanto. Estamos dispuestos a mostrar de manera morbosa lo violento, lo miserable, como si fuera un escenario donde todo es posible y convive. Como si fuera “vistoso”, sin penetrar más allá de la imagen.

Mientras las tardes, nos muestran los autos de moda, las chicas de moda y los culebrones y chismeríos de la farándula, con igual connotación que la última declaración del esposo de la mujer que agoniza, después de perder a su hijo en el vientre, victima de la violencia urbana.

Es curioso, ¿cuántos años llevará volver a poner las cosas en su lugar? ¿Por qué alguien compararía un proyecto de país, si resulta que debe viajar en el Sarmiento? Pero aún cuando sobreviviera, qué se le promete? Desde qué lugar se le puede pedir esfuerzo, paciencia, disciplina? Desde qué lugar se le puede ofrecer un futuro si tiene urgencias, inmediateces, carencias… y el ícono es el mediocre medio televisivo de moda, que nos tira a la cara que hay un camino exprés al bienestar. (continúa)

Inseguridad, marginación, pobreza (I)

Es muy fácil la invitación a caer en la opinión generalizada y frecuente: las encuestas lo muestran a diario. La gente está preocupada por el alto nivel de inseguridad que nos encontramos atravesando. Todo lo cual viene abonado por una cantidad increíble de horas de encendido con personas teniendo que llenar tiempo en las pantallas. Así periodistas, paneles de abogados, expertos en seguridad y demás colaboradores, terminan por dejar instalados hechos violentos multiplicados por miles. Mientras repiten una y otra vez, el mismo suceso, con unas imágenes que abundan en el horror de la violencia explícita. Se suscita entonces una nueva versión de la intolerancia, basada en el crimen, en la violencia. Se acusa al estado, a las leyes a los jueces. De pronto por algunos instantes se hace contacto con la cuestión menos espectacular y mucho menos jugosa de los elementos que condicionan a crisis actual. Pero claro, quien pondría a trabajar sobre esos temas aburridos, para la dinámica televisiva y radial, que como un torbellino arrasador, nos pone sobre el único tema disponible es la violencia, lo explícito, lo exacerbado y repetido.


Como poco les representa esto, algunos creativos de la pantalla van por más y nos muestras en vivo y en directo el backstage de lo peor, de lo sumergido en un remixado de jóvenes quemados por la droga, explicando como realizan sus fechorías y sus motores y una suerte de mirada compasiva sobre una marginalidad a la que se le da un tratamiento “progre”, porque de otra manera no se explica esa exhibición obscena. Es obvio que la culpa no es de los medios, ya que comienza a quedar claro que esas cosas están pasando. Son verdaderas, son ciertas y las personas que atraviesan las situaciones son de carne y huesos. Vecinos, parientes, amigos y de manera frecuente se encuentran de repente conversado un suceso violento con una proximidad antes vista en relatos, de relatos, de cuentos de terceros. 

Pero como el tiempo es tirano y conversar eso en televisión casi imposible, sobre los finales y casi como un slogan que la marginalidad, la exclusión la precarización son los responsables de tal flagelo y como corresponde se menciona un estado ausente, y unos funcionarios irresponsables e inoperantes que o no hacen su trabajo, o lo hacen mal. (continúa)

sábado, 23 de junio de 2012

Hacia una Nueva Configuración de la Seguridad Social (II)

Por otra parte tenemos a los efectores de la seguridad social. Un conjunto de prestadores, que le debe ahora al sistema de la seguridad social en su conjunto dependiendo de otras prestaciones que realice, la inmensa mayoría de sus ingresos (sólo pueden comprar ahora en esa red prestadora por fuera de la seguridad social el PAMI y las obras sociales provinciales). Amparados en los incesantes costos crecientes, por la puja por los salarios y el aumento de los insumos, vienen hace años, generando ajustes intensos, en algunos casos desmedidos, basados en lógicas insostenibles, pero con un enorme poder negociador.

Para aportar un poco más, nos encontramos en medio de una ¿transición? en la APE (Administración de Programas Especiales) que comienza a depender de la Gerencia General de la Superintendencia.

Mientras van acomodando las cosas, hace ya más de 2 meses que la APE no paga.

Por supuesto que esto viene a aportar mayor confusión, porque no se puede saber si efectivamente están acomodando las cosas… o si en realidad ya están acomodadas.

Hacia una Nueva Configuración de la Seguridad Social (I)


Nuestro país a partir de la ley de regulación de la Medicina Prepaga N° 26.682 promulgada en tal fecho y su decreto reglamentario N° 1993/2011, ha entrado a una reforma del sistema innovadora, novedosa, desafiante.

Por un  lado el mercado de la medicina prepaga, antes discurriendo con reglas impropias de la actividad, ya que se trataban de contratos  comerciales supervisados por la secretaría de comercio, lejos de la regulación y el alcance de la superintendencia de servicios de salud; por otro las obras sociales de dirección que como una especie diferente, necesitaban una red prestadora más importante, porque por definición cuentan con más y mejores recursos, y luego las obras sociales sindicales, icono indiscutible de la seguridad social.

domingo, 17 de junio de 2012

Despenalización de tenencia para el consumo, Ley de género.

Habría que remontarse bastante tiempo atrás, para ver tanto trabajo útil y de significación para el ciudadano común como en estos tiempos.

Nuestro congreso, nuestros legisladores, los políticos, gozan de un increíble descrédito. Han sido responsables de innumerables y razonadas críticas por cuanto se han puesto siempre en la línea de un mundo donde las personas comunes no habitamos.

Así, los grandes temas de la política, terminan siendo unas argumentaciones fláccidas de un grupo de personas que parecen vivir empujando temas que a nadie le importan.

Hoy resulta que nos vemos impregnados de significados corrientes. Son los hijos de los que viajan en el tren Sarmiento a los que injustamente someten a proceso por fumar un cigarrillo de marihuana, transformándolos en criminales, haciendo marcas indelebles en sus vidas e impidiéndoles dejar atrás, aun queriendo ciertas cosas. Son otros hijos y familias comunes a las que se les someten al rigor, la violencia de unos esterilizantes esfuerzos en los más débiles mientras, los señores de la droga esquivan al accionar de represión y encuentran nuevos productos y nuevos mercados con sus porquerías.

lunes, 4 de junio de 2012

Dimensiones del Liderazgo

Dice C. G. Jung en su prólogo del I Ching:
"…a fin de entender este libro, se deben dejar de lado ciertos prejuicios de la mente occidental. Es notable que un pueblo tan bien dotado e inteligente como el chino no haya desarrollado nunca lo que nosotros llamamos ciencia. Pero sucede que nuestra ciencia se basa sobre el principio de causalidad, y se considera que la causalidad es una verdad axiomática…. 
Los axiomas de la causalidad se están conmoviendo hasta sus cimientos: sabemos ahora que lo que llamamos leyes naturales son verdades meramente estadísticas, que deben por lo tanto, necesariamente dejar margen a las excepciones. 

jueves, 31 de mayo de 2012

"Ley del final de la vida"

Nuestro país se encuentra, a la fecha, con dos leyes referidas a la participación activa del paciente dentro del vínculo terapéutico con el dispositivo médico que le asiste frente a una dolencia. Más allá de la práctica médica y los entornos legales que la enmarcan, tenemos entonces nueva legislación, necesaria desde hace mucho tiempo y en buena hora aparecida, para cambiar el paradigma médico reinante en el cual, la medicina ofrecía una serie de recursos al paciente, doliente, pasivo, al que sólo le quedaba la oportunidad de tomar unos consejos médicos, llevarlos adelante, por cuanto esos saberes en manos de los profesionales, suponían lo mejor a ofrecer a la gente y lo mejor para la gente enferma estaba en manos de los médicos. Así, basado en una adhesión sumisa y pasiva los pacientes, transcurrían por el dispositivo médico, sin saber ni poder opinar, sometidos a los avatares que el sistema maquinal del ejercicio profesional de la medicina tenía para ofrecerle.

lunes, 28 de mayo de 2012

¿Quién es el ser?

"...Examiné después atentamente lo que yo era, y viendo que podía imaginar que no tenía cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar alguno en que estuviese, pero que no por eso podía imaginar que no existía, sino que, por el contrario, del hecho de tener ocupado el pensamiento en dudar de la verdad de las demás cosas se seguía muy evidente y muy ciertamente que yo existía; mientras que, si yo hubiese cesado de pensar , aunque el resto de lo que había imaginado hubiese sido verdadero, no hubiera tenido ninguna razón para creer en mi existencia, conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar, y que no necesita, para ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material; de modo que este yo, es decir, el alma por la que soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que él, y, aunque él no existiese, ella no dejaría de ser todo lo que es"..... 

Descartes. Discurso del método. Cuarta parte. Octava edición –Biblioteca de iniciación Filosófica-

sábado, 26 de mayo de 2012

¿Cómo surge un líder?

Un líder surge en una época determinada: Los líderes responden frente a un suceso que conmueve la época en la que vive, pero nada hace pensar que un liderazgo del pasado se pueda transpolar a la actualidad. Hoy la prédica de alguno de los líderes más conspicuos, quedaría por lo menos desactualizada. Sin embargo cuando actúan, lo hacen en un aquí y ahora únicos.

martes, 22 de mayo de 2012

Crisis

Crisis: evento que acontece de manera ostensible o no, en un tiempo determinado, en un lugar determinado, de duración indeterminada, que se presenta con un bajo nivel de estructuración, de manera polimorfa y de intensidad heterogénea. Tiene más de una dimensión y presenta múltiples emergentes determinantes o in característicos. Puede resolverse de más de una manera y dichas soluciones pueden serlo de manera parcial o definitiva. 
Los objetivos generales y particulares quedan definidos como los elementos que ponen a la situación planteada como crisis, en un nuevo equilibrio. Por ello los generales atienden las necesidades del entorno y los particulares los de las personas afectadas. Son metas que se establecen como supuestos de respuestas para las nuevas necesidades planteadas. Son construidos como imágenes que pueden sufrir modificaciones en la medida que se acercan. La mirada prospectiva los necesita con el objeto de orientar las acciones. 
El ajuste a la noción de bien en los términos planteados por la filosofía, se trata de una orientación que no puede omitirse ni saltarse. Es el elemento determinante de la acción del Líder. Es de tal magnitud la importancia de la presencia del ajuste al bien, que podríamos inferir que sin el bien, la acción del líder determina una resultante que simplemente, NO es liderar.

lunes, 21 de mayo de 2012

Definiendo a un líder

El que está o venía, al frente de una situación, la conozca o no y que debe conducir a un grupo de personas por una crisis, llevándolas al cumplimiento de un conjunto de objetivos generales y particulares, ajustados a la noción de bien, de cuyo logro participan todos, de manera interdependiente, de manera tal que, solucionada que fuera la crisis, se obtendrá cómo resultados cambios efectivos en la realidad del entorno, en el conjunto liderado y en el líder.
Digo el que está o venía ya porque el sujeto en cuestión es el responsable y sufre el advenimiento de una crisis o es convocado a una situación determinada a fin de lograr su control.

domingo, 20 de mayo de 2012

Liderazgo, una entrevista

Aquí les dejo una entrevista que me realizaron sobre Liderazgo, a raíz de la publicación de mi libro. Son dos videos.



Hola mundo! Mi idea de tener un blog es para expresar mis ideas y pensamientos y compartirlos con colegas, alumnos, familia y con los que tengan intereses afines... o no!